«Cada día, cuando el despertador suena, a Ruth le dan ganas de saltar de la cama, abrir la ventana y desandar algún camino nuevo. Cuando hace 13 años una médica amiga le confirmó que vivía con VIH, pensó que tenía 3 opciones: dejarse morir, echarse a llorar, enfrentarlo, sea como sea.»

Fue por la C. “Aprendí que el tratamiento era la herramienta que me permitiría seguir viviendo. Tenía que asegurarme calidad de vida para sacar adelante a mi hijo. Para ese entonces, ya sabía que él también era positivo, producto de la transmisión vertical.”

Durante cuatro años giró en torno a su niño, como una luna. “Una vez que faltó, me propuse hacer algo. Quería que su muerte no fuera en vano. Lo haría sin saber a qué me enfrentaba. Lo haría por su memoria, por mí y por mis otros dos hijos que están sanos, pero que se enfrentan a un mundo donde existe el sida. Y también por muchas mujeres que no podían alzar su voz.”

 

“SE QUE NO ES FACIL. SE TAMBIEN QUE LOS AVIONES ELEVAN CONTRA EL VIENTO»

Su luz empezó a desparramarse en ICW donde “me prepararon para incidir y llegar ahí, justo ahí donde se toman las decisiones que afectan nuestra vida de todos los días”. en estas nuevas vueltas del camino, Ruth hasta fue invitada a conversar con Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz, y el Presidente la Nación.
Entonces les presentó la campaña Más Paz, Menos Sida. Y en el Concasida Nicaragua 2007 compartió una mesa de cierre del congreso con la Ministra de Salud.

«Me quedan muchos proyectos por realizar. Creo en la familia, en las mujeres, en los niños, en la juventud y en sus aspiraciones por vivir en un mundo sin sida. Sé que no es fácil, pero también sé que los aviones se elevan en contra del viento, y creo firmemente que con educación y formación, cada una de nosotras podemos hacer el cambio.”