ICW Latina en la respuesta al VIH y las mujeres también paramos este 8 de marzo.

La participación y liderazgo de las mujeres han sido significativos para avanzar en la prevención, tratamiento, cuidados y mitigación del impacto social de la epidemia de VIH

en la región de América Latina y Caribe.

postal 1 día de mujer Este Día Internacional de las Mujeres nos unimos a la lucha por visibilizar el trabajo de cuidado que hacemos las mujeres sin reconocimiento social ni económico, la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres haciendo el mismo trabajo, la violencia y el acoso sexual que sufrimos cuando tenemos empleo y la discriminación de género que se suma a la de VIH en los espacios laborales.

Las mujeres que vivimos con VIH muchas veces nos quedamos a cargo de nuestras y nuestros hijos y de nuestras parejas masculinas que la mayoría de las veces, todavía, conocen su diagnóstico en estados avanzados del VIH. Asumimos las tareas de cuidado de la salud de nuestras familias y nos convertimos en promotoras de la salud comunitaria porque no queremos que más mujeres adquieran el virus.

Las mujeres a pesar de ser visibilizadas y tenidas en cuenta sólo para prevención de la transmisión vertical, hemos continuado liderando en la comunidad acciones para que se comprenda la prioridad que tenemos en tratar el VIH desde una perspectiva de género y derechos humanos. Esto resulta imprescindible en una región donde más de un tercio de las personas que viven con VIH son mujeres, muchas de ellas en situación de pobreza; una región que enfrenta grandes desafíos para garantizar sus derechos sexuales y reproductivos y que registra altos y preocupantes índices que se evidencian en los femicidios e impunidad que se conocen a diario. Es importante que los Estados de la región prioricen ambos problemas en la agenda de las políticas públicas.

En esta efeméride del “Día Internacional de la Mujer” fecha propicia para continuar demandando la igualdad ante la ley y de oportunidades, para lograr un planeta 50-50 para el 2030, destacamos la urgente necesidad de visibilizar, reconocer e incrementar la participación de las mujeres en la respuesta al VIH, ya que somos aliadas activas en los procesos de toma de decisión en el ámbito nacional y global. Somos agentes de cambio, y a la vez receptoras de mensajes y programas que deben ser acordes con nuestros derechos humanos. Por eso adherimos el 8 de marzo al :Paro de Mujeres y levantamos estas exigencias .

Como mujeres afectadas por múltiples formas de discriminación y exclusión, como mujeres que vivimos con VIH, cuidadoras, jóvenes, trabajadoras sexuales, indígenas, afrodescendientes, migrantes, excluidas por nuestra condición étnica, económica, social, orientación sexual e identidad de género,

Exigimos:

·         Que seamos reconocidas en nuestra diversidad y consideradas como población clave para la prevención, atención y cuidados, más allá de la prevención de la transmisión vertical del VIH seamos reconocidas en nuestra diversidad y tomadas en consideración como sujetas de derechos en todos los ámbitos sociales, especialmente en la respuesta al VIH y en los espacios de participación relacionados a ella.  

·         Que en las políticas públicas se reconozca y aborde el vínculo entre la violencia contra las mujeres y el VIH, como una determinante para la vulnerabilidad de las niñas, las jóvenes y mujeres adultas y adultas mayores a la infección por VIH, y que igualmente afecta su participación. Que se reconozca y aborde la violencia institucional y la violencia obstétrica que sucede en los servicios de salud hacia las mujeres que viven con VIH; 

·         Que los planes y programas nacionales de sida sitúen en primer plano las necesidades y derechos de las mujeres en la respuesta al VIH, particularmente el derecho a una vida libre de violencia, los derechos sexuales y derechos reproductivos y la protección social, incorporando procesos transparentes de consulta y participación real de las mujeres en la definición de estos;

·         Que se nos respete y valore positivamente nuestra participación y liderazgo en los espacios de toma de decisión, tales como el Mecanismos de Coordinación de País del Fondo Mundial contra el Sida, TB y Malaria y los consejos nacionales de sida;

·         Que se aseguren procesos transparentes, democráticos y paritarios para elegir a las personas representantes de la sociedad civil y la comunidad en espacios relacionados con la respuesta al VIH, garantizando la participación de las mujeres y proporcionando apoyo para su fortalecimiento;

·         Que se fortalezcan las capacidades de las mujeres para que participen en igualdad de condiciones en la respuesta al VIH, participación que debe darse de manera plena y significativa;

·         Que se asignen los recursos necesarios a las organizaciones de mujeres y sus redes, para que se facilite su preparación, capacitación y participación en igualdad de condiciones;

·         Que se reconozca y valore como trabajo el aporte que muchas mujeres con VIH realizan para avanzar en la respuesta al VIH, incluyendo el trabajo de cuidado, acompañamiento y formación de pares, y que se deje de asumir que es “natural” y legítimo que mujeres empobrecidas realicen este trabajo siempre de forma voluntaria y sin reconocimiento simbólico y material.

·         Que se incluya la perspectiva de género en la definición del presupuesto nacional, que permita identificar los fondos asignados a políticas de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

·         Que cese la discriminación laboral que afecta a las mujeres, en especial las que viven con VIH que impide obtener un trabajo estable y remunerado, cumpliendo la Recomendación 200 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Finalmente, concluimos manifestando que NO ESPERAMOS, que nuestro compromiso se hace cada vez más firme para fortalecer el movimiento universal de mujeres, especialmente en el área de la salud y el VIH. Nuestras voces no callan y deben ser escuchadas, y que nuestras propuestas deben ponerse en marcha.

Firma y nombre de las organizaciones firmantes.