Sara Hernández, una de las afectadas, realizó una entrevista al doctor Carlos Beltrán, jefe del Programa de VIH/ETS en el hospital Barros Luco Trudeau de Santiago de Chile y presidente de la Corporación Sida Chile, para profundizar en las causas que han llevado a esta situación y las alternativas de solución en el corto plazo.

Con diversos afiches y acciones de incidencia pública, las organizaciones con trabajo en VIH han buscado llamar la atención sobre la situación del VIH en Chile.

Beltrán fue duro en describir la situación de Chile respecto de VIH: “La verdad que no puede ser peor. En Chile, todos los indicadores se alejan de las metas 90-90-90 (…). La región de Latinoamérica, en general, no ha avanzado mucho hacia las metas, se mantiene estable, alrededor de los 100 mil nuevos casos: pero dentro de esa “no mejoría”, hay países que han logrado mantener estables los números de nuevos casos, hay algunos casos en los que se reporta disminución de nuevos casos y hay otros que vamos en sentido contrario a las metas, donde están aumentando los casos nuevos y dentro de esos países, el que está peor es Chile.”

ONUSIDA publicó el año pasado que el aumento de nuevos casos en los últimos cinco años fue de 34%, aunque algunos señalan que el porcentaje podría ser mayor.  “Eso es desastroso, desde el punto de vista de la salud pública.” Y la situación no se limita a las infecciones por VIH: “…a eso se le agrega un aumento dramático de otras infecciones de transmisión sexual; ha aumentado la sífilis, ha aumentado la gonorrea, la hepatitis –tanto la B como la A. ¡Está muriendo gente de sífilis en Chile!.”

El retroceso en la respuesta ha impactado también el número de muertes asociadas al sida: “(…) Si a eso se le agrega que la mortalidad por sida no ha disminuido y está muy lejos de las metas sanitarias del 2020 (…). Siguen muriendo más de 500 personas todos los años; y esas son las que se notifican como muertes (asociadas) al sida, lo más probable es que mueran más de dos personas al día (por sida). La meta sanitaria al 2020 era llegar a una tasa de mortalidad por sida de 1,3 por 100mil y estamos sobre 2,5, o sea casi el doble (…).”

Carlos Beltrán identifica como un factor muy importante para el desborde de la epidemia, lo que él llama la invisibilización social del VIH: “en Chile no se habla del VIH, no se educa sobre el tema, se niega el tema y cuando uno habla con personas que no son del área médica, e incluso en el área médica, dicen ´es que estamos así por las colombianas, por los peruanos, por los haitianos, por los gais, por las trans´; le echan la culpa a alguien para mantener esta imagen de que Chile está muy bien”.

Colapso del sistema de atención

“Lo que nosotros vemos como problema de VIH en Chile es la punta del iceberg; el año pasado se diagnosticaron 4900 personas nuevas y este año vamos a llegar a las 6 mil casos nuevos (…). Y si usted revisa la última encuesta de salud, el porcentaje de la población que se ha hecho el examen en el último año disminuyó respecto de la encuesta nacional del año 2010, a cerca del 17 porciento(…).

La información publicada el año pasado por ONUSIDA sorprendió a Chile al ubicarlo en el primero lugar de la región en porcentaje de aumento de casos nuevos. Fuente de la infografía: La Tercera.

Con todo este aumento de los casos confirmados, el sistema está, en algunos centros, colapsado, y en otros, muy cerca de colapsar. Si se hacen las estrategias para hacer un diagnóstico mucho más abierto y vemos el iceberg completo, eso significaría un ingreso masivo al sistema de salud y, tal como está ahora, no lo va a resistir. (…) En el 2010, había 35 centros de atención de VIH de adultos en el sistema público. Entre el 2010 y el 2018, solo se ha formado un nuevo centro más, que es el de San Fernando, en la Sexta Región (al sur de Santiago).  Por lo tanto, hemos duplicado el número de casos nuevos, entre el 2010 y el 2016, y hemos aumentado de 35 a 36 el número de centros, sin que aumente tampoco la capacidad de atención de esos mismos centros.

Por ejemplo, centros que colapsaron ya hace rato, como el del Hospital del Salvador, que está mandado pacientes al Hospital de (enfermedades) infecciosas, el Lucio Córdoba, que tampoco tiene capacidad para absorberlos; pero resulta que el Servicio de Salud Metropolitano del oriente tiene un hospital de alta complejidad, como el hospital Tisne y no tiene atención VIH. Urge que se forme otro centro en el área oriente. También urge que se forme otro centro que está listo para funcionar y que el Ministerio no le ha dado la autorización de funcionamiento en el Hospital de la Florida y el Hospital Sótero del Río está colapsado, y (en la Florida) tienen tres infectólogas; tienen químico farmacéutico, tienen matronas, enfermeras, tienen un centro que está listo para funcionar, pero la subsecretaria de redes asistenciales aún no firma el decreto para que funcione y mientras tanto los pacientes en el Sótero ya no caben.

Tenemos ciudades, como Cauquenes o San Antonio, que tiene cualquier cantidad de pacientes y no tienen centro de atención y tienen que ir a Valparaíso; Quellón, en Chiloé, tienen muchos pacientes con VIH y tienen que ir a atenderse a Castro; en el norte en Tocopilla, no tienen centro de atención; en mi servicio, el servicio de salud metropolitano sur, está el hospital del Pino que no tiene ningún referente en VIH y los pacientes tienen que venir a atenderse a Barros Luco.

El Hospital Barros Luco es uno de los principales hospitales que brinda atención en la capital chilena.

Entonces, está el diagnóstico, están las necesidades, están los recursos, incluso de profesionales y las cosas no se hacen; estamos hablando de una negligencia administrativa grande.

Encarar el problema

El Dr. Beltran señala que frente a esta situación se han hecho propuestas concretas al Ministerio de Salud.

“Entonces, ¿Cuál es la propuesta? Que se forme, con premura, dentro del año 2018, un programa de formación de VIH, en al menos otros 30 o 35 ciudades u hospitales dentro de una misma ciudad, para que existan nuevos referentes y nuevos centros de atención, en conexión directa con la atención primaria. (…)

Es urgente que el año 2018 sea el año del sida, que se adapte la infraestructura de salud para poder acoger a todas las personas que se debe diagnosticar, vincular y poner en tratamiento, es la única manera de que revirtamos esta tendencia del aumento de nuevos casos y logremos, por lo menos, enderezar la dirección hacia el año 2020; no digo que lleguemos a la meta porque eso ya es imposible, pero por lo menos que dejemos de aumentar el número de nuevos casos.

Trabajar también en prevención combinada

“En estos seis años que han pasado, en los que el VIH ha aumentado y la gente se ha seguido muriendo por sida, y uno ve que las políticas públicas siguen basadas en una campaña insuficiente de promoción del uso del condón, que no funciona (…). La prevención no puede seguir centrada solamente en la distribución de condones dentro de la red de salud y la promoción de una vez al año del uso del condón. La OMS promueve la prevención combinada que incluye no solo el uso del preservativo, sino también la educación, el testeo -como elemento fundamental para identificar los casos-; el tratamiento, para frenar la transmisión, y el uso de la PrEP, pero nada de esto se hace en Chile.

Mirar el problema de fondo

(…) si no se aborda el problema a tiempo, el problema crece, y eso es lo que está pasando con el VIH. (…) En el 2015, cuando denunciamos esta situación, en noviembre de 2015, en el programa El Informante, nosotros dijimos: “el VIH en Chile está desbordado”, y el Ministerio de Salud respondió: No, nuestras cifras no muestran eso, el número de casos se mantiene estable. Negación. Después, cuando la OMS dice que en Chile el problema está desbordado; entonces, relativización: lo que pasa es que estamos haciendo más diagnósticos. ¡No es cierto! Ha aumentado el número de tests, porque se hacen dos test en el embarazo, pero no ha aumentado el porcentaje de la población que se hace el test. Y después, la heteroculpabizacion, y sale un personaje tan desafortunado como el Señor Barraza, ministro de  Desarrollo Social y le dan estas cifras y dice que eso fue un problema porque el gobierno de Piñera dejó en las bodegas condones vencidos. Este no es un problema de un lote de condones vencidos. O sale el senador Guido Girardi diciendo que tenemos que afrontar el problema del VIH y el problema de la inmigración, yo no estoy diciendo que sean los migrantes, pero son problemas que se cruzan. Para un migrante, el riesgo de adquirir el VIH en Chile es más alto que adquirirlo en su país, un peruano, un colombiano.

Entonces, seguimos siendo los blanquitos, los lindos, los que no tenemos sangre mapuche, los europeos de Sudamérica y nos traen estos problemas, estas cosas de afuera; siempre alguien más tiene la culpa. Mientras no afrontemos esto como país, como un problema de las familias, de los colegios, de las mujeres; no es un problemas solamente de las trans, de los gais, de los inmigrantes, este es un problema del país, mientras no lo abordemos como tal, mientras que el Ministerio de Salud no se de cuenta que estamos frente a una emergencia sanitaria, mientras que no se asuman las estrategias de prevención combinada, esto va a seguir a peor.

La invisibilización es parte grave del problema, entonces es importante “que este se visibilice, que lleguemos a la población, que logremos el cambio en las conductas sexuales de riesgo, que se establezcan e implementen políticas públicas, de acuerdo a la gravedad de la situación. Si eso no ocurre, no me atrevo a pensar en las cifras del 2020”

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